Tener un negocio que no va bien puede ser frustrante y convertir un sueño en una pesadilla, especialmente cuando no sabes exactamente qué falla para saber qué tipo de ayuda buscar. Muchas empresas, incluyendo clínicas veterinarias, se encuentran atrapadas en este dilema. En este artículo, vamos a aclarar las diferencias entre consultoría, asesoría y gestoría, y te daremos ejemplos para que puedas identificar qué tipo de apoyo es el que mejor se adapta a tu situación.
Problemas comunes en un negocio que no funciona
Has abierto tu negocio con el que soñabas desde hace tiempo, quizá desde hace años o quizá es el sueño de tu vida. Los inicios pueden ser duros y prosperar pero, más adelante en el tiempo y, a pesar de todo tu esfuerzo y tiempo invertido, los resultados no son los esperados. Estos son algunos problemas típicos que podrías estar enfrentando:
Pocas citas y baja retención de clientes: A pesar de tus años de experiencia y tu buen servicio a los clientes, tu negocio no logra atraer suficientes clientes nuevos o fidelizar a los que ya tienes.
Falta de organización interna: El personal está desorganizado, se cometen errores en las citas, y hay retrasos en la atención, lo que genera descontento entre los clientes.
Poca visibilidad online: Tus redes sociales están abandonadas, y tu página web no aparece en los primeros resultados de búsqueda. Esto impacta negativamente en la captación de clientes. Recuerda que lo que no se ve en la primera página de Google, no existe.
Dificultad para administrar las finanzas: No tienes claro cuáles son las diferencias entre ingresos, facturación, beneficios, gastos, costes o inversiones. Por lo tanto, no sabes muy bien cómo gestionar el capital de manera eficiente, y terminas perdiendo más dinero del que ganas.
Este tipo de problemas son comunes en muchos negocios, no solo en clínicas veterinarias. Lo que necesitas es identificar qué tipo de apoyo necesitas para resolverlos, pero al buscar ayuda te das cuenta de que hay varios tipos de servicios para empresas que se dedican a cosas diferentes: ¿deberías contratar una consultoría, una asesoría o una gestoría?
¿Qué es una consultoría?
Una consultoría es el servicio que te ofrece una empresa o profesional especializado para ayudarte a mejorar algún aspecto estratégico o crítico de tu negocio. Suele estar enfocada en problemas concretos y puntuales. Los consultores se contratan para resolver un problema específico o implementar una mejora en un período limitado de tiempo.
Los consultores analizan la situación actual, identifican problemas o áreas de mejora, y sugieren soluciones. Una vez que se implementan esas soluciones, su trabajo suele terminar, aunque pueden ofrecer seguimiento o consultoría adicional según sea necesario.
Además, si no tienes una estrategia clara para el crecimiento de la clínica, un consultor empresarial te ayudará a crear un plan estratégico, que podría incluir la optimización de los procesos internos, la capacitación del personal, y hasta la expansión de tus servicios.
En resumen, la consultoría está enfocada en mejorar el negocio a través de análisis, estrategia, y soluciones para problemas puntuales o específicos. Los consultores trabajan en proyectos con un inicio y un fin definidos.
Ejemplo para una clínica veterinaria:
Tienes una clínica con pocos clientes recurrentes. Contratar una consultoría puede ayudarte a crear una estrategia de fidelización, mejorar tu presencia en redes sociales, implementar campañas de marketing, y optimizar tus operaciones internas para que todo fluya de manera más eficiente.
Otro ejemplo, una clínica veterinaria podría contratar una consultoría para mejorar su presencia digital o para reorganizar procesos internos.
También pueden si notas que los clientes no regresan y las reseñas en línea no son buenas, un consultor analizará tu presencia online y las experiencias del cliente. Puede recomendarte cambios en tu página web, el uso de redes sociales, y la mejora del servicio al cliente.
¿Qué hace una consultoría? Contrata una consultoría si tienes alguno de estos problemas
Diagnosticar problemas específicos en la empresa.
Evaluar la eficiencia de procesos internos.
Crear planes estratégicos para el crecimiento del negocio.
Desarrollar estrategias de marketing digital.
Asesorar en la mejora del rendimiento financiero.
Optimizar la estructura organizativa de la empresa.
Diseñar e implementar campañas de SEO.
Ayudar en la implementación de software o tecnologías.
Crear planes para la expansión del negocio.
Recomendar nuevas áreas de inversión o desarrollo.
Proporcionar entrenamiento y desarrollo de habilidades a empleados.
Realizar análisis de competencia en el mercado.
Ayudar a gestionar el cambio organizacional.
Definir estrategias para mejorar la experiencia del cliente.
Mejorar la eficiencia de la cadena de suministro.
Evaluar y optimizar los precios de los servicios.
Asesorar en la internacionalización de la empresa.
La asesoría tiende a ser una relación más a largo plazo, acompañándote y haciendo un seguimiento de tu situación. Los asesores brindan apoyo continuo, acompañando al negocio de manera constante en temas específicos como aspectos fiscales, legales, financieros o normativos.
A diferencia de los consultores, que se enfocan en la estrategia o en mejoras operativas puntuales, los asesores pueden estar presentes mes a mes, ayudando al negocio a cumplir con la normativa legal, optimizando aspectos financieros o asegurando que los trámites administrativos se realicen correctamente.
En una clínica veterinaria, podrías necesitar asesoría en temas como la correcta aplicación de la normativa de sanidad animal o si estás pensando en hacer una inversión en nuevos equipos, un asesor financiero te puede orientar sobre las mejores decisiones financieras para no poner en riesgo tu clínica.
En resumen, un servicio de asesoría suele ofrecer un acompañamiento continuo a lo largo del tiempo, centrándose en áreas especializadas como lo fiscal, legal o contable. Es un servicio más de apoyo constante.
Ejemplo para una clínica veterinaria:
Te das cuenta de que no gestionas bien los impuestos o la contabilidad. Aquí es donde entra un asesor, quien puede guiarte en cómo organizar tus cuentas y cumplir con la normativa vigente.
¿Qué hace una asesoría? Contrata una asesoría si tienes alguno de estos problemas
Proporcionar asesoramiento fiscal continuo.
Asesorar sobre cumplimiento legal y normativo.
Optimizar la estructura financiera a largo plazo.
Brindar orientación en la planificación patrimonial.
Ayudar en la planificación de impuestos anuales.
Apoyar en la presentación de informes contables regulares.
Orientar sobre obligaciones laborales y contratos.
Supervisar el cumplimiento de normativas laborales.
Proporcionar informes financieros para la toma de decisiones.
Ofrecer apoyo continuo en la planificación estratégica.
Asesorar sobre protección de datos y privacidad.
Apoyar la creación de presupuestos anuales.
Proporcionar asesoramiento para fusiones y adquisiciones.
Ayudar a definir políticas de retribución y beneficios para empleados.
Orientar en la correcta presentación de informes fiscales.
Proporcionar apoyo para la optimización de recursos humanos.
Asesorar sobre cómo reducir costos de manera eficiente.
Proporcionar análisis financiero de rentabilidad a largo plazo.
Mantener a la empresa informada de cambios normativos.
Orientar sobre subvenciones y ayudas empresariales.
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¿Cuáles son las diferencias entre consultoría y asesoría?
La consultoría tiende a ser de corta duración y enfocada en problemas específicos, mientras que la asesoría es más a largo plazo y centrada en el acompañamiento constante en áreas especializadas.
Una gestoría se dedica más a operaciones concretas. Se encarga de gestionar tareas administrativas y legales del día a día en tu negocio. No ofrece tanta estrategia como una consultoría, ni asesoramiento técnico como una asesoría, pero se encarga de realizar trámites por ti y cumplir con los requisitos legales. Si necesitas ayuda con la contabilidad, pago de impuestos, hacer contratos de trabajadores o gestión de nóminas, una gestoría te ayudará.
En resumen, las gestorías se encargan de los trámites administrativos y legales que la empresa necesita, como la presentación de impuestos o la gestión de nóminas: manejan las tareas burocráticas del día a día.
Ejemplo para una clínica veterinaria:
Si te falta tiempo o habilidades (y un veterinario no tiene por qué saber hacer estas cosas) para gestionar trámites fiscales, pagos de impuestos, contratos del personal o licencias de funcionamiento, una gestoría se encargará de todo esto mientras tú te concentras en tu trabajo veterinario.
¿Qué hace una gestoría? Contrata una gestoría si tienes alguno de estos problemas
Presentar impuestos trimestrales y anuales a Hacienda.
Gestionar altas y bajas en la Seguridad Social.
Realizar la contabilidad de la empresa.
Preparar y presentar los estados financieros.
Tramitar subvenciones y ayudas públicas.
Gestionar nóminas y seguros sociales.
Realizar declaraciones de IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades.
Tramitar licencias o permisos comerciales.
Gestionar contratos laborales y despidos.
Solicitar certificados digitales y firmar electrónicamente.
Gestionar trámites relacionados con la propiedad intelectual.
Realizar gestiones ante la Agencia Tributaria.
Tramitar certificados de exportación e importación.
Registrar marcas, patentes y nombres comerciales.
Tramitar herencias y donaciones ante notario.
Gestionar los trámites de cierre o disolución de empresas.
Solicitar permisos de residencia o de trabajo.
Inscribir cambios en el Registro Mercantil.
Preparar contratos de arrendamiento o venta de propiedades.
Representar a la empresa ante organismos públicos y autoridades.
¿Cuándo contratar una consultoría, asesoría o gestoría para tu negocio?
Si te identificas con los problemas mencionados al principio del artículo, es probable que necesites más de un tipo de servicio. Por ejemplo:
Consultoría: Está enfocada en mejorar el negocio a través de análisis, estrategia, y soluciones para problemas puntuales o específicos. Los consultores trabajan en proyectos con un inicio y un fin definidos. Contratarías una consultoría si tu clínica tiene un problema concreto, como la falta de clientes. Un consultor te ayudaría a crear una estrategia de marketing para atraer más clientes, con un plan de acción definido en el tiempo.
Asesoría: Suele ofrecer un acompañamiento continuo a lo largo del tiempo, centrándose en áreas especializadas como lo fiscal, legal o contable. Es un servicio más de apoyo constante. Necesitarías una asesoría si lo que buscas es apoyo continuo para manejar aspectos financieros o fiscales, donde el asesor está siempre disponible para guiarte en la correcta administración de tu clínica.
Gestoría: Se encarga de los trámites administrativos y legales que la empresa necesita, como la presentación de impuestos o la gestión de nóminas. Manejan las tareas burocráticas del día a día. Si lo que necesitas es apoyo en la realización de trámites legales o administrativos, como que lleven tu contabilidad o tramiten contratos y nóminas.
En VetStrategies Consulting ofrecemos tanto consultoría como asesoría para clínicas veterinarias que necesitan mejorar su rendimiento. Si tu clínica está enfrentando problemas como la falta de clientes o desorganización interna, nuestra consultoría personalizada te ayudará a crear estrategias para el éxito.
Si lo que necesitas es una gestoría, nosotros no somos una gestoría pero colaboramos con algunas que pueden ayudarte en el aspecto administrativo. Nuestro objetivo es que te enfoques en cuidar y curar a los animales, mientras nosotros te ayudamos a optimizar el resto de tu negocio.
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